Como parte del compromiso para proteger la integridad y bienestar de niñas, niños y
adolescentes, el Sistema Estatal para el Desarrollo Integral de la Familia (DIF), emprendió
la campaña “No Te Calles Yo Te Creo”, que busca alertar sobre los riesgos del abuso
sexual, sensibilizar sobre la necesidad de denunciar y generar acciones preventivas para
cuidar su sano desarrollo.
Además de las acciones para la difusión masiva de mensajes preventivos, a través de la
Dirección de Bienestar Familiar y en conjunto con los DIF Municipales, se realizarán
jornadas preventivas con estudiantes, con actividades lúdicas y formativas, se darán
herramientas a niñas, niños y adolescentes para que puedan reconocer el abuso, así como
tomar la decisión de denunciar.
De igual forma, se brindarán pláticas a madres, padres y docentes, para que generen
entornos de protección y puedan identificar síntomas de alerta en casos de abuso sexual.
Asimismo, se busca visibilizar el tema y crear la conciencia en las personas adultas, de que
siempre se debe escuchar y creer a una hija, hijo o estudiante que dice haber sido víctima
de este tipo de abuso.
Es importante destacar, que la campaña “No Te Calles Yo Te Creo”, es una de las tres
prioritarias que se promoverán desde la institución en este año 2020, se sumarán DIF’s
Municipales, instituciones educativas y dependencias estatales.
Cabe mencionar que de acuerdo a datos de la Organización para la Cooperación y el
Desarrollo Económicos (OCDE), cada año más de 4.5 millones de niñas y niños son víctimas
de abuso sexual y México ocupa el primer lugar en la incidencia de este delito.
El abuso sexual es una grave violación a los derechos de niñas, niños y adolescentes, que
afecta su salud física y emocional.
Entre otras consecuencias puede generar: depresión, ansiedad, baja autoestima,
conductas autodestructivas, sentimiento de culpa, miedo, ira, hostilidad, depresión,
dificultad en las relaciones sociales, fobias, ideas obsesivas, cambios repentinos en el
comportamiento o personalidad, cambios en los patrones de sueño, tendencia a
abandonar la escuela o la casa, los actos de automutilación, la tendencia al suicidio,
pesadillas, aislamiento, rechazo o sensación de amenaza. Cuando se presentan varios de
estos síntomas es importante que el niño, niña o adolescente sea valorado por un
especialista.