La UNAM cuenta con un Laboratorio de Bioseguridad nivel 3 (BSL3) para trabajar con virus como el SARS-CoV-2, causante de la actual pandemia, vacunas contra este, así como con bacterias altamente patógenas para el ser humano; se espera que sea el primero en obtener la certificación ISO 35001 en México y Latinoamérica.

Se localiza en las instalaciones del Instituto de Investigaciones Biomédicas (IIBO) de la UNAM, en lo que fue un laboratorio de bioseguridad dedicado a la investigación básica, con 20 años de experiencia en el manejo de agentes infecciosos, especialmente tuberculosis, que si bien seguía altas normas de biocontención carecía de protocolos de investigación clínica para personas.

El coordinador de la Investigación Científica de la UNAM, William Lee Alardín, destacó que el progreso de investigación en fármacos, control, vigilancia y evolución de epidemias requiere de esta clase de infraestructura. Además, en México no había suficientes lugares donde se pudieran realizar estos trabajos

A partir del inicio de la pandemia, explicó el astrónomo, la Universidad trabaja para apoyar consorcios internacionales, en el desarrollo de equipos, metodologías y análisis de vacunas, así como en mejorar este espacio; es decir, una estrategia de varios frentes en beneficio de la sociedad.

“La idea es que sea una infraestructura que dé servicio y facilidades comunes a las facultades e institutos que trabajan estos temas, como el Instituto de Biotecnología, la Facultad de Medicina Veterinaria y Zootecnia, la Facultad de Química, el Instituto de Fisiología Celular; han hecho un esfuerzo conjunto para cada quien poner conocimiento, infraestructura, recursos.

“Además, a través de la Coordinación de la Investigación Científica y la Secretaría de Educación, Ciencia, Tecnología e Innovación de la Ciudad de México (SECTEI) se logró tener el recurso para hacer la adecuación de este espacio, subir su nivel de bioseguridad y ponerlo a disposición de la comunidad”, abundó Lee Alardín.

Al respecto, la titular de la SECTEI, Rosaura Ruiz Gutiérrez, comentó que la dependencia a su cargo apoyó la renovación con la misión de contribuir en el estudio e investigación de este tipo de patógenos.

“Recordamos que con la pandemia del H1N1 (Influenza A) no teníamos una serie de condiciones e hizo necesario acudir al extranjero para identificar el virus. Esta vez teníamos que tener avances importantes y me parece que es un gran avance en la infraestructura de investigación en estos temas, sobre todo de patógenos que requieren este nivel de seguridad… El trabajo aquí es en beneficio de la UNAM, pero no solo para ellos, sino para las demás instituciones en México y el país”, expresó la también investigadora.

Imelda López Villaseñor, directora del IIBO, recordó que el espacio fue construido hace más de 20 años, pero operaba con un nivel de bioseguridad más bajo. Este sitio es indispensable para la docencia, investigación y servicio de la comunidad universitaria y la del país; permitirá trabajar con virus como el SARS-CoV-2, realizar ensayos de vacunas o de diagnóstico, etcétera.

“Cuando empezó (la pandemia) se requería un laboratorio con este nivel de seguridad, y nos dimos cuenta que era necesario remodelar y adecuar el espacio. Ahora estamos listos para contender con investigaciones en las distintas áreas de patógenos y cuando llegue la siguiente pandemia, porque sabemos que va a llegar, estaremos listos para darle un espacio donde se puedan llevar a cabo estudios, tanto básicos como aplicados”, expresó la experta en biología molecular.

A su vez, la responsable del BSL3, Clara Inés Espitia Pinzón, expuso que el proyecto de renovación inició con la pandemia porque no trabajaba con la normatividad que exige la manipulación de agentes patógenos del tipo SARS-CoV-2, e instalaciones que permitieran garantizar la bioseguridad de los tratamientos dirigidos al humano.

Los servicios que a partir de julio ofrecerá el BSL3 estarán dirigidos, básicamente, a la producción y evaluación de vacunas, además de la investigación, pues existe interés en que sea un laboratorio de servicio para la Universidad, el sector salud y la industria, ya que hoy cuenta con un estricto control sobre cada equipo, procedimiento, personal, inclusive insumos, detalló la especialista del departamento de Inmunología del IIBO.

“Son instalaciones que requieren del esfuerzo de muchas instituciones para tener un laboratorio que pueda responder ante situaciones de emergencia, como la que se nos presentó y para la que definitivamente no estábamos preparados en ese momento”, señaló Espitia Pinzón.

La investigadora agregó que el inicio de trabajos en el laboratorio establece, además, la oportunidad para certificar internacionalmente la calidad de cada uno de los procedimientos, razón por la cual se espera iniciar en agosto próximo la certificación ISO 9001 y a finales del otoño obtener la 35001 de bioseguridad, con lo cual se constituirá en el único laboratorio en su tipo en México y Latinoamérica.

Para ello, señaló, se espera que expertos de España revisen cada uno de los procedimientos de limpieza, funcionamiento del equipo, calidad de reactivos, inclusive que los animales de experimentación en el sitio sean certificados en cuanto a su calidad.

Espitia Pinzón comentó que esta certificación del BSL3 es una garantía para las instituciones internacionales, empresas y autoridades sanitarias de la calidad y exactitud de los resultados obtenidos en cada procedimiento que se realice en el lugar.

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