Por el proyecto “Agroinsumos derivados del nejayote”, investigadoras de la Facultad de Estudios Superiores Cuautitlán (FESC) de la UNAM y del Instituto Tecnológico y de Estudios Superiores de Monterrey (ITESM), campus Puebla, fueron seleccionadas para participar en el Programa de Emprendimiento Científico y de Transferencia de Conocimiento y Tecnología en su Modalidad 2: Nuevos Binomios UNAM-TEC.

 

Se trata de las investigadoras María del Carmen Valderrama Bravo y Martha Elena Domínguez Hernández, de la FESC, así como Janeth Gutiérrez Uribe y Mariana Franco Morgado, del ITESM.

 

Esta iniciativa forma parte del “Consorcio de Investigación, Transferencia Tecnológica y Emprendimiento UNAM-TEC”, ideado para crear una sinergia de colaboración y así resolver necesidades específicas de la sociedad y la industria. La convocatoria reunió propuestas que atiendan cualquier sector industrial o proyectos de las áreas de humanidades, alineados con las agendas de desarrollo nacional, estatal o con los Objetivos de Desarrollo Sostenible (Agenda 2030).

 

Durante el proceso de nixtamalización, explicaron las universitarias, se genera una gran cantidad de agua de desecho conocido como nejayote, el cual es comúnmente arrojado al drenaje. Sin embargo, este líquido residual contiene nutrientes que pueden ser aprovechados por diversos cultivos y microorganismos.

 

El proyecto en el que colaboran ambas instituciones educativas con la empresa MAIXICO, ubicada en la ciudad de Monterrey, tiene dos propósitos principales: obtener biomasa a partir de la fermentación del nejayote, producido por la empresa en un biorreactor con un conjunto de algas y bacterias, a fin de generar agroinsumos que puedan utilizarse como fertilizantes, herbicidas o sustratos para otros procesos de producción agrícola.

 

Detallaron que las microalgas son microorganismos fotosintéticos capaces de fijar carbono para su crecimiento en presencia de luz y nutrientes. Está reportado que diversas condiciones de operación, suministro y concentración de nutrientes promueven la producción y/o acumulación de ciertos compuestos de valor dentro y fuera de la biomasa microalgal. Por tanto, tienen potencial para ser utilizados como agroinsumos para la producción agrícola.

 

El equipo ha realizado diferentes cinéticas de crecimiento para determinar los tiempos óptimos de fermentación, así como las condiciones adecuadas en las cuales se producen estos bioproductos de valor.

 

En segundo término, se pretende reducir la cantidad de agua utilizada durante el proceso de nixtamalización para después tratarla y reutilizarla. “MAIXICO nos interesa porque lleva a cabo ese proceso de forma tradicional. No obstante, el reto más grande es eficientarlo sin perder calidad en los productos, que en este caso son harina, masa y tortilla”, destacó Valderrama Bravo. 

 

En la actualidad, establecieron las universitarias, es indispensable concientizar a la comunidad sobre la importancia de los proyectos de sostenibilidad y los enfoques de circularidad; es decir, que los procesos de producción no generen desechos que puedan resultar contaminantes.

 

Respecto al reconocimiento, las galardonadas afirmaron sentirse muy satisfechas, ya que esta investigación es relevante para la agricultura y la industria de los alimentos. Debido a esto, lo asumen “como un gran compromiso, pues se esperan resultados a corto plazo (máximo seis meses) y los objetivos son muy altos”.

 

En esta iniciativa transdisciplinaria, los ganadores fueron evaluados por especialistas de la Universidad y el Tec de Monterrey, en áreas como investigación, emprendimiento, transferencia y comercialización de tecnología, quienes tras una ardua evaluación eligieron cinco de los 37 proyectos aspirantes a recibir un presupuesto de hasta 500 mil pesos.