Expertos del Servicio Arqueomagnético Nacional (SAN) de la UNAM analizaron la pintura roja de una tumba de tiro o hipogeo en Colombia, y encontraron que el sitio podría ubicarse entre 1070 al 1150 d.C., una primera aproximación en el fechamiento de estos lugares, pues estas pinturas, en estos contextos, no es común ni en ese país ni en otra parte del mundo, de ahí la importancia de avanzar en su estudio.

El responsable del SAN e investigador del Instituto de Geofísica de la UNAM, Avto Goguitcghaichvili, y Fernando Montejo, del Instituto Colombiano de Antropología e Historia, encabezaron el trabajo y explicaron que si bien las fechas reportadas eran controversiales, coinciden con otro entierro similar datado con la técnica de Carbono 14; y se rechazaron datos anteriores que decían que los hipogeos databan antes de Cristo.

“Hemos llegado a una conclusión que la fecha tentativa que reportamos, bajo limitaciones existentes de datación, en este caso es muy diferente a otras reportadas anteriormente. El intervalo es de 1070 y 1150 después de Cristo, descartando así dataciones anteriores, pero es contemporánea de un entierro similar en otro lugar de la región que se llama Rancho Grande, lo cual le da una cierta certeza a esta datación que estamos promoviendo”, comentó Goguitcghaichvili.

A su vez, Montejo detalló que los hipogeos o tumbas de tiro (tumbas de cámara y pozo) son representativos de Colombia en la zona andina, en particular de la temporada de cacicazgos en el continente. Al igual que en México, este tipo de estructuras son un tipo peculiar de arquitectura funeraria donde los difuntos de las sociedades prehispánicas eran depositados en compañía de ofrendas, entre las que se encuentran espléndidas esculturas y vasijas cerámicas.

Los lugares habían sido investigados desde hace tiempo, pero las dataciones del sitio Alto de Segovia eran inciertas debido a que las piezas analizadas anteriormente resultaron contaminadas por materiales provenientes de la toba volcánica.

“Esta colaboración recién que iniciamos con los expertos de la UNAM ha permitido tener una primera aproximación, que resulta muy interesante y coincidente con las tipologías cerámicas que se han obtenido en la región”, destacó.

Para el trabajo con el SAN, agregó, el principal objeto de análisis fue la pintura rupestre del lugar, pues hasta ahora no se había intentado datarla directamente y debido al tipo de mediciones complejas que realiza el Servicio universitario, estas resultaron alentadores.

Goguitchaichvili explicó que para el Servicio es importante trabajar con los sitios considerados Patrimonio de la Humanidad y los encargados de su cuidado en cada una de las naciones, por lo que desde hace cinco años inició la colaboración con expertos para apoyar en los estudios de Mesoamérica a Sudamérica. En este sentido, es destacable la fructífera colaboración con el Instituto Colombiano de Antropología e Historia.

Una de las cerámicas más antiguas en el continente americano está en Colombia y de ahí surge el interés de realizar una curva regional de variación del campo geomagnético, pues no se pude utilizar una de Mesoamérica o de Europa porque el campo magnético terrestre es bastante ‘localista’ o ‘regionalista’ y cambia de un lugar a otro de nuestro planeta.

A pesar de la enorme importancia de este lugar no ha existido un consenso en términos de cuándo fueron pintados o cuándo fue su máximo esplendor, ya que las edades radiométricas, inclusive Carbono 14, dan resultados distintos; algunos decían que era de 4 mil años antes de Cristo, lo cual sin duda es un error por contaminación, señaló.

Usualmente, comentó, se trabaja con objetos arqueológicos quemados a altas temperaturas, donde se analiza la magnetización termoremanente. Sin embargo, existe la posibilidad de trabajar las pinturas murales, que son elementos artísticos ampliamente distribuidos por el mundo, pero pocas veces datados directamente.

Para revisar la magnetización remanente denominado pictórica en estas, los investigadores del SAN buscaron los óxidos de hierro como hematitas, especialmente contenidas en la pintura roja.

Goguitcghaichvili destacó que la colaboración continuará ahora con la cerámica asociada al sitio, pero esto ya no sería datación directa sino del contexto arqueológico, por lo que en ese caso intentarán conectar los resultados con los hipogeos.

Montejo agregó que les interesa continuar con la cooperación, porque los vacíos a nivel cronológico persisten en varios contextos del país y continuarán revisando los hipogeos de otras partes emblemáticas en Colombia.

“Este sitio de Tierra Adentro está incluido en la lista de Patrimonio de la Humanidad, y hay otros que entran en esta categoría, ubicados en el Amazonas colombiano, y nos gustaría tener la colaboración del SAN. Son varias las preguntas que tenemos aún en el país en términos cronológicos… aún persisten muchas preguntas sobre secuencias de ocupación y periodos importantes de arqueología prehispánica en el país (Colombia) que merecen la aplicación de estas técnicas”, concluyó.