Al presidir la inauguración del noveno lactario en la UNAM, el secretario General de esta casa de estudios, Leonardo Lomelí Vanegas, aseguró que se trata de un progreso importante para cambiar una noción androcéntrica que por años rigió la organización y distribución del espacio, y que ahora está pensado para las necesidades de nuestras compañeras trabajadoras, académicas y visitantes.

Es también un avance en asumir la corresponsabilidad entre hombres y mujeres en el cuidado de nuestros hijos y es, sin duda, un reconocimiento de la Universidad a la necesidad de cambiar en el discurso y en las prácticas, en la distribución de los espacios, en la noción de cómo debe concebirse la igualdad de género, manifestó.

Ante titulares de los Consejos Académicos de Área, así como de funcionarios, trabajadores e integrantes de la comunidad universitaria, Lomelí Vanegas dijo:

Estos lugares deben ser parte de los edificios de nuestra Universidad. “Esperamos que este ejemplo lo sigan muchas otras dependencias administrativas y entidades académicas” de la UNAM.

Durante la ceremonia, la titular de la Coordinación para la Igualdad de Género (CIGU) de la UNAM, Tamara Martínez Ruíz, aseguró que el lactario se ha constituido en referente clave en la construcción de comunidades igualitarias, libres de discriminación y comprometidas con una mirada de corresponsabilidad de los cuidados.

En un estudio -elaborado por la CIGU y próximo a publicarse- se identificó que 7.7 por ciento de las académicas y 7.4 por ciento de los académicos de la UNAM (que corresponde a más de dos mil personas) declararon estar a cargo del cuidado de un menor de cinco años, indicó.

Sabemos, continuó, que la lactancia se lleva a cabo en los primeros meses de vida, y que hace falta observar los datos de trabajadoras del sector administrativo y del ámbito estudiantil de esta Universidad.

Lo anterior deja en claro que potencialmente la apertura de lactarios y su visibilidad creará condiciones para que el cuidado de bebés en nuestras instalaciones no sea un obstáculo androcéntrico para asistir a una reunión, realizar un trámite administrativo, tomar una clase o efectuar cualquier otra actividad.

Por esta razón, afirmó, celebro “la inauguración de este espacio: las madres, la lactancia, la niñez, las personas que cuidan no son ajenas a la Universidad, y que la academia y los cuidados requieren ser ámbitos armónicos y compatibles como parte de un proyecto colectivo e integral de sostenimiento de la vida y de sostenimiento de los vínculos sociales”.

Un lugar específico

El lactario se ubica en el edificio de los Consejos Académicos de Área, en Ciudad Universitaria. Se trata de un espacio físico para ejercer, proteger, promover y apoyar el derecho a la lactancia materna.

Es el primero en su tipo inaugurado luego del confinamiento por la pandemia; se agrega a ocho más distribuidos en diversas entidades, incluidas algunas unidades de la Escuela Nacional de Estudios Superiores.

Las universitarias cuentan con el espacio para suministrar la leche materna, también considerada como el alimento perfecto, la primera vacuna, proveedor de anticuerpos, estimulante de la inmunidad y vínculo afectivo.

De esta manera, la UNAM se suma –por su cuenta– a la Semana Mundial de la Lactancia Materna, que se celebra cada año del 1 al 7 de agosto en una campaña global coordinada por la Alianza Mundial Pro Lactancia Materna (WABA, por sus siglas en inglés), para crear conciencia y estimular la acción sobre temas relacionados con esta práctica.