Con 108 temporadas y aproximadamente 300 coreografías que forman parte del repertorio de la compañía universitaria, el Taller Coreográfico de la UNAM (TCUNAM) cumple 50 años.

Fundado por Gloria Contreras y Eduardo Mata, en septiembre de 1970, presentará a partir del próximo 2 de octubre tres programas especiales y una exposición fotográfica conmemorativa.

La celebración del cincuentenario fue postergada dos años por la emergencia sanitaria y ahora formará parte del primer Festival CulturaUNAM.

Serán tres galas dancísticas, las cuales narren la historia del Taller Coreográfico. La primera, denominada “Homenaje a Gloria Contreras”, se efectuará mañana domingo, a las 12:30 horas, con obras emblemáticas de la maestra, como Danza para Mujeres, Sensemayá y Concierto en Ré, entre otras, informó el director artístico del TCUNAM, Diego Vázquez.

Ese día, resaltó, a las 11:30 horas se inaugurará la exposición “Taller Coreográfico de la UNAM. 50 años de danza”, la cual presentará una selección fotográfica de las obras emblemáticas en cinco décadas de trabajo. Se realizará en el vestíbulo de la Sala Miguel Covarrubias y permanecerá hasta el domingo 23 de octubre.

La segunda gala, continuó, se titula “Tradición y Actualidad”, con obras montadas por Gloria Contreras, como el Réquiem de Mozart, el Huapango de Moncayo, además de otras recientes y el estreno de “Un pantalón bien puesto”, creación de la coreógrafa belga, Annabelle Lopez Ochoa. Se efectuarán el viernes 7 y sábado 15 de octubre, a las 12:30 y 18:00 horas, respectivamente, en la Sala Miguel Covarrubias.

La última, llamada “TCUNAM Siglo XXI”, tendrá verificativo el día 14, a las 12:30 horas, y el 15, a las 18:00 horas, con títulos de reciente creación y un estreno del coreógrafo francés Julian Nicosia.

Además, añadió Diego Vázquez, se presentará (en fecha por definir) el libro “50 años del TCUNAM”, integrado por ocho textos de diversos autores. “Buscamos ganar espacio, terreno, demostrar que la danza es un estilo de vida, con una carrera de ocho años, ¡estudiamos igual que un médico!”.

Danza para todos 

 

En tanto, la directora de Danza UNAM, Evoé Sotelo Montaño, dijo que para la danza y las artes escénicas lo que sucedió a partir de la pandemia y el confinamiento fue trágico, porque el bailarín, y el performer en general, sustentan su quehacer en el cuerpo que se entrena, y en otros espacios no hay la temperatura ni el piso adecuados, tampoco la concentración que requiere el compromiso de una preparación profesional.

Nuestra labor, enfatizó, es difundir e impulsar ampliamente el desarrollo de la danza y sus diferentes géneros, así como promover una reflexión profunda y el pensamiento crítico a partir de ella. Y desde el cuerpo en el arte acercarla a aquellos vínculos naturales de nuestro espacio disciplinario con otras formas de expresión humana: ciencia, tecnología, filosofía.

“Lo mismo hacemos en nuestra cartelera artística, lo que programamos, tiene la intención de que genere un vínculo profundo con nuestro público que no sea solo un divertimento, solo ver danza, sino que realmente el asistir a nuestros espacios para disfrutar, tenga que ver con una experiencia humana profunda”, subrayó.

La también coreógrafa -quien en 2002 obtuvo el primer lugar del XXIII Premio Nacional de Danza INBA-UAM- mencionó que la gente piensa que la danza es para ciertas personas, y que está clausurada la posibilidad para otras.

“La danza es para todos, de ninguna manera hay forma de que alguien no pueda bailar o no pueda ser una o un bailarín, incluso profesional. Diría si alguien a los 80 años quisiera serlo, sostengo que puede serlo”.

Esta noción de que requiere un tipo específico de fisonomía, de aptitudes, es errónea; cada vez es más arcaica, puede practicarla quien quiera y tenga la necesidad de hacerlo, aseveró Sotelo Montaño.