El gran desafío que tiene hoy la Universidad Nacional es ver cómo se puede ampliar el servicio social para continuar beneficiando a México y para refrendar su compromiso indeclinable con la sociedad, afirmó Leonardo Lomelí Vanegas, secretario General de la UNAM, durante la ceremonia de entrega del Premio al Servicio Social Dr. Gustavo Baz Prada 2022.
En la ceremonia, que estuvo encabezada por el rector Enrique Graue Wiechers, Lomelí Vanegas explicó que es la sociedad quien, a través de sus impuestos, costea la educación de las alumnas y los alumnos. Por ello, se reflexiona constantemente en cómo mantener el sentido original de este servicio, en qué otras áreas pueden incidir los universitarios para fortalecer el tejido social, preservar el patrimonio artístico, cultural y natural, apoyar los esfuerzos en materia de alfabetización, en otros múltiples retos.
En el Auditorio Dr. Raoul Fournier Villada de la Facultad de Medicina, el rector de la UNAM entregó el Premio al Servicio Social Dr. Gustavo Baz Prada 2022 a 146 alumnas y alumnos, quienes participaron en programas con alto impacto social, con los que se atendieron necesidades y se coadyuvó a mejorar las condiciones de vida de la población.
A su vez, el director general de Orientación y Atención Educativa (DGOAE), Germán Álvarez Díaz de León, manifestó: “de acuerdo con los registros con que contamos, calculamos que a 86 años (de haberse establecido), casi un millón de estudiantes de la UNAM lo hemos efectuado. Tan solo en la presente administración, 73 mil 850 universitarios han cumplido no con una obligación constitucional, sino con el placer de retribuirle a la gente todo lo que nos ha dado nuestra Universidad”.
En la ceremonia en la que estuvo Patricia Elena Baz Gutiérrez, nieta de Gustavo Baz Prada, Lomelí Vanegas también consideró que en cada una de galardonadas y galardonados se manifiesta el espíritu de servicio.
Recordó que Justo Sierra afirmó que la Universidad Nacional no estaría reflexionando sobre temas teóricos en una torre de marfil, sino que tendría una fuerte vocación de servicio hacia la sociedad. Con el servicio social instituido por Gustavo Baz Prada, primero en la Facultad de Medicina y luego en todo el país, se hizo explícito ese compromiso.
Mecanismo para disminuir la desigualdad
Germán Álvarez Díaz de León también manifestó que la contribución de los universitarios -mediante el servicio social- al desarrollo y crecimiento del país y la atención de las problemáticas de los sectores más desprotegidos ha sido diversa, creciente y abarca todos los campos de conocimiento y la práctica profesional.
Actualmente en la UNAM se cuenta con más de seis mil programas de este servicio, agrupados en 13 ejes de acción relacionados con las necesidades del país, y a los cuales se inscriben anualmente casi 25 mil universitarios.
El funcionario también recordó que al conmemorarse el 80 aniversario del servicio social, el rector Enrique Graue aseveró que es y debe ser un mecanismo para disminuir la desigualdad, una forma de entrenamiento y una oportunidad para confirmar vocaciones, reforzar valores como la solidaridad, la conciencia social y la empatía.
Durante la pandemia, comentó Álvarez Díaz de León, la Universidad Nacional no detuvo este servicio. Además, hizo un reconocimiento a alumnos y académicos de las escuelas y facultades del área de las Ciencias de la Salud, quienes tuvieron un desempeño ejemplar y son motivo de orgullo para la Universidad.
En representación de las alumnas y alumnos galardonados, Roxana Lizeth Herrera Cruz, de la licenciatura en Desarrollo Territorial, de la Escuela Nacional de Estudios Superiores, Unidad León, expresó que la medalla recuerda no sólo a Gustavo Baz Prada y su indiscutible trayectoria, sino también los esfuerzos de universitarias y universitarios que les antecedieron e hicieron una diferencia en sus comunidades, territorios y en el país, gracias a una educación de valor.
Llamó a sus compañeros a no permanecer estáticos y a continuar impulsando el desarrollo del país; a ser agentes de cambio desde el autorreconocimiento, la determinación, la solidaridad y la empatía.
“Deseo verdaderamente que esta presea sea un recordatorio de la mejor definición de éxito que conozco y comparto con ustedes: saber que alguien llevó una vida mejor por haber existido tú”, acotó a los galardonados.
En tanto, Diego Hernández Gabriel, alumno de la licenciatura de Artes Visuales, de la Facultad de Artes y Diseño plantel Taxco, y quien hizo uso de la palabra en nombre de las premiadas y los premiados, apuntó que el servicio social le representó una oportunidad para crear, atender problemas de su comunidad y enriquecer a la Universidad Nacional.
Explicó que durante la pandemia trabajó en el rescate del acervo fotográfico del cronista Juan Crisóstomo Estrada, que dio lugar a la Fototeca Taxco, mismo que fue seleccionado por la Secretaría de Cultura del Estado de Guerrero para realizar videos y difundirlo.
“El servicio social me enriqueció, abrió mi panorama para futuros proyectos y espero que más alumnos logren encontrar su propósito y quehacer”, sostuvo acompañado por la directora de Servicio Social de la DGOAE, Claudia Navarrete García.