En México hay cerca de siete millones 168 mil personas con discapacidad o algún problema mental y representan 5.7 por ciento de la población nacional; 24 por ciento de ellas no cuenta con afiliación a instituciones de seguridad social, de acuerdo con el Censo de Población y Vivienda 2020.

La Organización Mundial de la Salud señala que a nivel mundial tienen menos acceso a los servicios de asistencia sanitaria, por lo que en numerosas ocasiones sus necesidades quedan desatendidas.

“Es importante tomar en cuenta a esta población porque tenemos un porcentaje relativamente grande en nuestro país. La discapacidad puede ser congénita o adquirida, pero en ambas las personas requieren mucha atención”, señala Jesús Barrera Reséndiz, académico de la Licenciatura de Fisioterapia de la Escuela Nacional de Estudios Superiores (ENES) Unidad León, de la UNAM, con motivo del Día Internacional de las Personas con Discapacidad, que se conmemora el 3 de diciembre.

El Instituto Nacional de Estadística y Geografía reportó que para 2020, 3.2 millones de personas adultas mayores tenían esta condición; 2.2 millones de adultos; 869 mil personas jóvenes; y 899 mil niñas y niños.

Ante ello, el también doctor en Ciencias del Comportamiento destaca que el primer paso para atender la discapacidad es la prevención. Por ejemplo, para las congénitas está la vigilancia durante el embarazo, a fin de minimizar los factores de riesgo.

También se pueden prevenir las adquiridas por accidentes que ocasionan lesiones medulares, y/o traumatismos craneoencefálicos; o los eventos vasculares-cerebrales relacionados con condiciones cardiacas.

Algunos de los problemas de las personas con discapacidad que detectó el Censo 2020 son: dos millones 939 mil tienen dificultades para caminar, subir o bajar; dos millones 691 mil 338 para ver aun usando lentes; un millón 590 mil 583 tienen algún problema o condición mental; un millón 168 mil 98 presentan dificultades para bañarse, vestirse o comer, entre otros.

“Una vez que se presenta un evento que afecta la movilidad, la cuestión sensorial o cognitiva, es importante atenderse de manera inmediata. En ese sentido, la ENES León forma profesionistas responsables, capaces y con un criterio amplio para ayudar a esta población. Además, les ofrece la posibilidad de atenderse en un ambiente profesional, científico y accesibles, como una manera de retribuir a la sociedad mexicana”, remarca Barrera Reséndiz.

La OMS destaca que el número de personas con discapacidad va en aumento, por la creciente prevalencia de padecimientos crónicos y el envejecimiento de la población; plantea problemas de derechos humanos porque suelen ser objeto de violencia, maltrato, prejuicios y actitudes poco respetuosas, entre otros.

 

Atención profesional y científica

 

En la ENES León se cuenta con la “Clínica de Fisioterapia”, a cargo de académicos y estudiantes de la licenciatura de Fisioterapia. Con población geriátrica se hace trabajo preventivo para diferentes aspectos, por ejemplo, para evitar o mejorar sus condiciones cardiovasculares.

En el caso de las discapacidades congénitas se cuenta con estrategias para la prevención de secuelas, como el programa PUMAS, mediante el cual se atiende desde recién nacidos con factores de riesgo hasta niños que presentan secuelas de parálisis cerebral.

El TRI-21 es otro programa de atención enfocado a niños y jóvenes con Síndrome de Down, mediante el cual se les brinda tratamiento multidisciplinario: rehabilitación física, servicio odontológico y apoyo de la Unidad de Diagnóstico Visual. Participan las licenciaturas de Fisioterapia, Odontología y Optometría. Los pacientes reciben una valoración inicial para detectar sus necesidades y darles seguimiento.

“Muchas de las alteraciones que encontramos tienen que ver con el tono muscular que está disminuido y trabajamos para prevenir secuelas en cuestiones posturales, funcionales como son alteraciones de la marcha, la postura, saltos”, expone el académico de la ENES León.

Este programa tiene cinco años y aunque reciben a pacientes principalmente de la zona centro del país, también han atendido a niños y jóvenes de entidades más lejanas como Chihuahua.

Barrera Reséndiz refiere que la encargada del programa, Cristina Carrillo, implementó la telerehabilitación para dar seguimiento a los pacientes durante el confinamiento por la COVID-19 y ha sido también una manera de hacerlo crecer.

“A distancia se les da consulta y de manera periódica se les cita en la ENES para hacer evaluaciones. Por la pandemia se estableció este mecanismo y se hacían correcciones de acuerdo con lo que se observaba en los videos que enviaban los papás.

“Es importante también señalar que esta iniciativa tuvo éxito, en parte, por la disposición y responsabilidad de los padres, quienes por videollamadas, WhatsApp, Zoom e Instagram, dependiendo de las herramientas que contaran, daban seguimiento al tratamiento”, enfatiza.

Con el retorno a actividades presenciales se incrementaron los servicios, pues cada vez se acercan más asociaciones que atienden a personas con Síndrome de Down, a fin de que se les apoye. Además, el programa se expandió y recibe también a jóvenes de 21 a 25 años.

El académico Jesús Barrera Reséndiz subraya que no hay nada más preciado que la salud, por lo que en la ENES León trabajan para prevenir cualquier tipo de alteración relacionada con la discapacidad.

 

Considera que en el Día Internacional de las Personas con Discapacidad también se requiere que la sociedad reflexione en cuanto a que esta población necesita apoyo y se les puede ayudar al respetar los espacios de estacionamiento y áreas destinadas para ellos; evitar bloquear los accesos para sillas de ruedas, entre otras acciones.

“Esa es la importancia de tener un día especial para estas personas, para que el mensaje de sus necesidades permee en la sociedad y seamos conscientes de que son importantes y necesitan nuestra atención”, asevera.