En este libro tratamos de pensar la pandemia con un viso que incluye alguna enseñanza o una reflexión moral, ética, ya sea en cuanto al individuo que vivió la enfermedad o a nivel social, detalló en entrevista Paulina Rivero Weber, integrante del Programa Universitario de Bioética.
El tomo -de la colección “La década COVID en México. Los desafíos de la pandemia desde las Ciencias Sociales y las Humanidades”- incluye diferentes enfoques, pero lo que une a todos es tratar de encontrar qué pudimos haber aprendido a partir del ámbito de la ética después de este evento, insistió la experta quien junto con Juan Antonio Cruz Parcero, director del Instituto de Investigaciones Filosóficas, coordinó los trabajos de la obra.
Este ejercicio académico, abundó, demostró que la pandemia fue un medio de contraste para mostrar desigualdades. “El hilo común es la idea de que sí es factible haber aprendido diversos tipos de enseñanza, a nivel político, económico, público; de macronivel, por ejemplo cómo afecta la desigualdad cuando viene una pandemia.
“Pensamos que el COVID-19 iba a ser parejo, que arrasaría por igual, y no fue así. Los desposeídos fueron los más afectados, los que menos posibilidades tenían para resguardarse en sus hogares”, apuntó sobre el volumen en el que participó un grupo de 12 filósofos universitarios quienes razonaron, luego de la emergencia sanitaria, sobre este inédito evento e invitan a pensar en una enseñanza ética, desde lo individual hasta lo social.
En el ámbito personal, en el texto se cuestiona qué es lo que cada individuo puede aprender, desde la ética y la bioética, acerca de la vida, de la cercanía con la muerte y cómo afrontar nuestra propia vulnerabilidad ante un evento sanitario que arrasó a escala de la humanidad.
Para Rivero Weber, en lo social y económico la crisis sanitaria fue un medio de contraste que reveló desigualdades, afectó más a los grupos desposeídos y evidenció la distribución de la riqueza. Los autores invitan a meditar qué hace el individuo ante la muerte y frente a su condición de vida finita, cómo podemos asumirla.
Conformado por 12 capítulos, este tomo incluye variados temas. Por ejemplo, en el ámbito de la filosofía política Paulette Dieterlen Struck aborda la justicia distributiva; mientras que Francisco Mancera lo hace sobre cómo enfrentar nuestra propia finitud.
“Uno de los hallazgos más importantes que el tomo encuentra está muy señalado por el escrito de Ambrosio Velasco Gómez, quien insiste en que vivimos en un mundo que ya se ha vuelto insostenible e inmersos en un sistema que devasta al planeta”, relató.
Rivero Weber anotó que la pandemia surgió de ese mundo, pues fue una zoonosis. En el tópico de la bioética tiene mucho que decir: “Las zoonosis se deben a la falta de respeto con la que se trata a los animales, a los cuales se les hacina, se les pone en situaciones de un martirio insoportable y en ese sentido la gran enseñanza es que tenemos que cambiar la forma en que vivimos, no podemos continuar como si no hubiera pasado nada”.
Destacó que uno de los hallazgos fundamentales de un evento como la pandemia es que no trata por igual a todos. “Al contrario, sirve como un medio de contraste que muestra aún con mayor gravedad la desigualdad en que vivimos”.