Se ha condicionado al individuo a su consumo y resultan hasta adictivos por sus componentes. Una de las posibles estrategias para combatir esta situación sería aprender a cocinar nuestros platillos y no argumentar que se carece del conocimiento y tiempo para ello, opinó. En el periodo 2000-2020, de acuerdo con los resultados de la Encuesta Nacional de Ingresos y Gastos de los Hogares del Instituto Nacional de Estadística y Geografía, afirmó, se ha reducido el gasto destinado a la compra de víveres crudos o mínimamente elaborados. En contraste, el de alimentos poco saludables se incrementó de manera significativa. Aun cuando a partir del 1 de enero de 2014, como parte de la Estrategia Nacional para la Prevención y Control del Sobrepeso, la Obesidad y la Diabetes, el gobierno mexicano implementó una política fiscal para disminuir la adquisición de bebidas azucaradas y alimentos no básicos con alta densidad energética, y que desde 2018 entró en vigor el Etiquetado Frontal de Alimentos, el consumo y los ingresos presupuestarios por estos artículos han ido al alza: en 2014 se ubicaron en 13 mil 666 millones de pesos, y para 2021 ascendieron a 25 mil 590 millones de pesos. No debe reducirse el problema al sedentarismo y la inactividad física. Hay otros factores como la cultura y hábitos alimentarios, conocimientos de nutrición, disponibilidad de comestibles, capacidad de compra, incluso la influencia social, distribución intrafamiliar de la comida, publicidad, comodidad y tiempo, el estado de ánimo y de salud, destacó. Mayor peso El académico -quien obtuvo el segundo lugar del Premio Anual Dr. Ernest Feder 2017- manifestó que ante el panorama de que los alimentos repletos de aditivos, azúcares y grasas son los que tienen relevancia en la estructura del consumo, se estima, según datos de la World Obesity Federation, que la prevalencia de la obesidad seguirá en aumento: para 2050, 88 por ciento de la población mexicana tendrá algún grado de esta o sobrepeso. De acuerdo con ese estudio, en 2019 ambos padecimientos le costaron a México 26 mil millones de dólares, que equivale al 2.1 por ciento del producto interno bruto (PIB), 204 dólares per cápita; asimismo, se proyecta que en 2060 los costos superarán los 159 mil millones de dólares, lo que representaría 4.67 por ciento del PIB nacional.