La investigadora del Instituto de Ecología de la UNAM, Araxia Urrutia Odabachian, sugirió evitar abrir ChatGPT o cualquier otra herramienta de inteligencia artificial (IA) para preguntar algo que viene en una página de Wikipedia, pedirle que nos resuelva un problema aritmético fácil o saber qué vehículos no circulan hoy.

“Es necesario tener cierta conciencia para no utilizar ese sistema como un sustituto de búsquedas en Google y quizá desactivar en nuestro buscador el resumen que ahora nos genera con esa tecnología”, añadió ante el presidente de Fundación UNAM, Dionisio Meade; y del consejero de este organismo e investigador emérito de la Universidad Nacional, Jaime Urrutia Fucugauchi.

Al participar en el ciclo de charlas Jueves de Ciencia. Nuestra nueva realidad. Documentales y Diálogo con académicos, organizada por Fundación UNAM y transmitido por TVUNAM, indicó:

También se requiere contar con una regulación gubernamental porque así como es un escándalo el impacto de una refresquera en cuanto al recurso hídrico, también lo es el hecho del consumo de energía de los servidores de cómputo dedicados a maximizar algoritmos para capturar nuestra atención, es decir, volvernos adictivos para que compremos cosas que no necesitamos y gastar todavía más energéticos en producirlos y distribuirlos.

A decir de Dionisio Meade “el futuro ya nos alcanzó y nos rebasa a algunos de nosotros”. Ni siquiera a nuestros hijos, sino a nuestros nietos es a quienes debemos pedirles que nos actualicen con respecto al uso y el adecuado aprovechamiento de algunas de estas innovaciones tecnológicas que nos desafían a darles mejor utilización”.

El hecho duro es que ahí está la IA, el reto es no tenerle miedo y sacarle el mejor provecho. Contribuyamos con nuestras reflexiones, aportaciones y sugerencias con relación a cómo debe regularse, qué debemos hacer, qué límites tenemos que darle para su mejor explotación. Son numerosos los logros alrededor de este tópico.

Jaime Urrutia señaló que uno de los elementos que muestran la gran capacidad y el rápido desarrollo de esta tecnología son los algoritmos, los programas de búsqueda en la red, cuya capacidad tiene profunda implicación para una gran cantidad de tareas, incluidas varias de las que apenas están en progreso. Ante ello es esencial que las generaciones actuales hagan uso consciente del impacto de estas plataformas.

Buscar alternativas

Como parte de la charla “Motores de búsqueda con inteligencia artificial”, Carlos Hernández Castellanos, investigador del Instituto de Investigaciones en Matemáticas Aplicadas y en Sistemas de la UNAM, recordó que incluso hubo noticias en las cuales algunas empresas planteaban aprovechar energía nuclear y establecer su propia planta generadora. Ante ello se requiere hacer un empleo responsable y, quizá, buscar opciones que sean más sustentables.

Dijo que hoy, como en 1995 señalara el divulgador científico estadounidense, Carl Sagan, “estamos en una época en donde dependemos de ciencia y tecnología más que nunca”.

Planteó entenderla; acerquémonos a esta ciencia, participemos en su discusión porque de cierta forma nos corresponde a todas las personas, y también intervengamos en su regulación y, como siempre, debemos hacerlo con una mente crítica.

A su vez, el investigador del Centro de Investigación y de Estudios Avanzados del Instituto Politécnico Nacional, Carlos Coello Cello, resaltó que ha habido abuso de las herramientas de IA y de ChatGPT, lo cual sería nocivo en varios aspectos como el consumo de energía, impacto ambiental y también en nosotros, así que debemos limitar su empleo.

Y puntualizó: mientras que por el aspecto ecológico existen estudios que señalan que una consulta promedio a ChatGPT de 20 a 50 preguntas consume el equivalente a 500 mililitros de agua, un estudio reciente de Microsoft indica que existe evidencia de que se han atrofiado algunas habilidades creativas de los jóvenes por el abuso de estas innovaciones.