• Está reglamentado por autoridades de salud y se suscriben contratos con empresas especializadas

Ante las denuncias ciudadanas recibidas en las oficinas de la Dirección de Ecología y Aseo Público reportando la existencia de supuestos tiraderos de Residuos Peligrosos Biológicos Infecciosos (RBPI), que habrían salido de clínicas y hospitales, la dependencia municipal asegura que eso es falso.

Por lo que se exhortó a la población a que no se alarme ni se confunda atendiendo versiones sin fundamento que recientemente han proliferado en la ciudad, sobre todo en redes sociales

Israel Esparza Rodríguez, responsable de la citada área municipal, afirmó que no es verdad que se estén arrojando en tiraderos clandestinos residuos de ese tipo, primero, porque está reglamentado que clínicas, hospitales y centros de salud tienen que desarrollar sus actividades previo permiso que les hayan extendido las autoridades sanitarias respectivas, como la Comisión Estatal para la Protección contra Riesgos Sanitarios (COEPRIS) y los Servicios de Salud en el Estado.

Dijo que deben suscribir contratos con empresas especializadas que recojan los desechos de los que se habla, para confinarlos en sitios adecuados construidos especialmente para ello: “Lo que más se ha parecido a eso, y ha ocurrido sólo una vez, fueron desechos que se encontraron consistentes en agujas y otros utensilios que usan quienes se realizan diálisis, sin embargo, eso no es un RPBI”.

Refirió que también pasa con jeringas que arroja a la basura aquella persona que fue al médico, se inyectó y la desechó en cualquier lugar, o quienes se dedican al trabajo de tatuajes.

En estos casos, destacó el funcionario que lo más correcto es aplicarse el medicamento en un consultorio o clínica para que ahí se haga la disposición correcta de los residuos, “pero, no sucede a gran escala y no es algo que nos represente un peligro potencial”.

De cualquier forma, exhorta a la ciudadanía a informarse cómo debe ser la disposición final de un desecho que considere que puede ser un material peligroso, que incluso puede llamar a la dirección de Ecología y Aseo Público o contactarla vía redes sociales.