Si bien no es una enfermedad altamente frecuente, la esclerosis múltiple es la primera causa de discapacidad de origen neurológico no traumático en adultos jóvenes, explica la académica de la Facultad de Medicina de la UNAM, Irene Treviño Frenk.

Aunque en nuestro país no hay una estadística sobre cuántas personas la padecen, a través de su sitio de internet la Secretaría de Salud de México estima que aproximadamente 20 mil personas, de 20 a 40 años de edad, presentan el padecimiento. De los enfermos, cerca de dos terceras partes son mujeres; en casi cinco por ciento son adolescentes o niños mayores de ocho años; en algunos casos, se presenta en adultos de más 50.

Treviño Frenk añade que conforme se mejora la atención y tratamientos es posible encontrar que las personas con esta condición viven más tiempo, y a pacientes de 50 años que quizá tengan dos o tres décadas con la enfermedad y sus implicaciones.

La experta precisa que las causas de la discapacidad en individuos de 20 a 40 años de edad son, principalmente, las secuelas por accidentes automovilísticos derivados del consumo de alcohol, sobre todo; y después la esclerosis múltiple.

Hay países del primer mundo con campañas exitosas de prevención en percances de autos y controles estrictos en el consumo de bebidas alcohólicas, donde es la primera causa de discapacidad en adultos en edad productiva, lo cual tiene impacto económico para las familias, la sociedad y las empresas. Por ello, hay gran necesidad de impedir que este grupo desarrolle discapacidad, comenta la investigadora clínica.

En naciones como España, Noruega, Suecia o Finlandia, donde se tiene un sistema de salud integrado, se ha visto que la incidencia de la enfermedad se incrementa, acota la especialista universitaria y argumenta:

“Uno de los factores de riesgo clave para el desarrollo de esclerosis múltiple es el origen genético caucásico; es decir, familias que vienen de Europa del Este y el norte de Estados Unidos. En México tenemos un altísimo mestizaje, y la prevalencia de esclerosis múltiple es mayor que en otros países de Latinoamérica”.

Desde hace varios años, prosigue, se observa que la deficiencia de vitamina D es un factor que, al combinarse con otros de riesgo, puede disparar los casos; inclusive bebés que in utero vivieron meses de poco Sol, tienen mayor riesgo de desarrollar la enfermedad; a esto se suma el estilo de vida urbano, factores como la contaminación, mayor consumo de sal, exposición al humo de cigarro, obesidad en la infancia o adolescencia, e infecciones virales. Por ello se le considera multifactorial.

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