Con el anuncio de la movilización de 300 mil soldados rusos, se presenta el riesgo de que la guerra en Ucrania se prolongue, aumente el número de muertos y una crisis migratoria mayor. Este momento no parece el idóneo para el diálogo y la negociación; la paz está lejana y los actores se preparan para un conflicto prolongado y desgastante, opinaron especialistas de la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales de la UNAM.

 

En la conferencia de prensa a distancia, ¿Qué viene ante el conflicto entre Rusia y Ucrania?, Carlos Eduardo Ballesteros Pérez, profesor de Política Internacional Contemporánea, calificó como un fracaso histórico la intervención rusa en el país vecino, “difícil de asimilar para Vladimir Putin, ante lo cual ha tenido que modificar la estrategia, tomar medidas de emergencia y concentrarse en la región de Donbás”.

 

Ante una guerra prolongada quien más riesgo corre es Rusia, porque su presidente está destruyendo la economía del país, y tiene un problema mayor hacia el futuro: perder la relación con occidente. Aunque “se ha acercado a las potencias asiáticas, como China e India, lo cual le ha servido para enfrentar las sanciones en su contra; su condición, es difícil”.

 

Por el posible escalamiento del conflicto, debe venir un ejercicio de prudencia general a fin de evitarlo; “veremos qué tan lejos puede ir la contraofensiva ucraniana frente al ataque ruso; todo está en el aire”, mencionó el universitario. El peligro sería para las naciones directamente involucradas, para Europa y el resto del mundo.

 

El experto consideró que la paz está lejana porque Putin está obligado a escalar la guerra y lo hace con la movilización militar y la amenaza de utilizar armas nucleares. Hay que tomarla con seriedad y gravedad.

 

Además de que no hay condiciones para el diálogo, se observa que el conflicto se exacerba, se va a los extremos, a una guerra que podría generar un estancamiento del conflicto de largo plazo en la región del Donbás, lo cual llevaría a un desgaste del ejército ucraniano, de Rusia, del bloque occidental y mundial, refirió Ballesteros Pérez.

 

Asimismo, vemos movilización de protesta en Rusia por las medidas del presidente que podría incrementarse pese de la represión. “Puede seguir una catástrofe social, de personas obligadas a invadir a un país hermano. Hay un rechazo subterráneo a las políticas de Putin que irá creciendo, y ya veremos qué sigue en los próximos días y meses en aquel país”, aseveró.

 

Natalia Rivera Ángel, especialista en temas de política energética de China y Rusia, dijo que la propuesta de mediación de México responde a la tradición de llevar a cabo acciones en contra de la guerra, a su vocación pacifista, pero se requieren alternativas más reales. Turquía ya ha hecho esa labor, pero ha sido infructuosa debido a la desesperación de Rusia por acaparar y tener el Donbás.

 

En ese sentido, “no sé si en un presidente que intenta ganar la guerra a como dé lugar hay cabida para escuchar propuestas de mediación. Creo que Rusia no planea una retirada, porque eso significaría un fracaso y, por el contrario, lo que estamos viendo es la intención de intensificarla”.

 

En temas energéticos, la respuesta de la Unión Europea ante el conflicto ha sido una menor dependencia del gas ruso, por lo que ha buscado proveedores en otras partes del mundo. El hecho de que la gente se quede sin ese combustible en el invierno, tendría implicaciones políticas fuertes, por lo que Rusia podría estar pensando en suscitar cierta problemática social en las naciones europeas y presión en los gobiernos, para buscar una salida al conflicto.

 

Si la guerra se intensifica no se frenará la oleada migratoria, lo cual traerá una carga social y económica fuerte para los europeos. Pero las repercusiones serán también para el resto del mundo y se podría observar  incremento de la recesión económica en el orbe en los años venideros, advirtió Rivera Ángel.

 

Al hacer uso de la palabra, Talya İşcan, académica con especialidad en temas de seguridad y conflictos mundiales, coincidió en que durante los siete meses del conflicto se ha generado una crisis migratoria con mayores impactos en los países vecinos, entre ellos Polonia y Rumania, pero eventualmente más naciones serán impactadas, lo cual producirá más inestabilidad en Europa.

 

La comunidad internacional debe estar comprometida en atender las crisis humanitarias; sin embargo, enfrentamos su impotencia, de la Unión Europea y de la ONU, que no ha podido tomar un acto normativo porque Rusia es miembro de su Consejo de Seguridad y cuenta con el derecho de veto.

 

La reacción ofensiva rusa ante la comunidad internacional es prueba de que esta es una guerra “proxy”; es decir, un conflicto entre Rusia y el bloque no-occidental y las naciones que apoyan la estrategia geopolítica de las potencias occidentales.

 

La universitaria detalló que gracias al alcance tecnológico esta es la primera guerra convencional donde podemos ver, en vivo, lo que pasa en cada territorio; pero al mismo tiempo eso da cabida a la manipulación de la información. “La participación de los medios es muy sobresaliente y poderosa, a diferencia de guerras pasadas”.

 

İşcan dijo que Rusia toma en cuenta el riesgo de una posible recesión, de recibir más sanciones económicas y, aun así, no va ceder el territorio. En este momento “habría que ser cautelosos, buscar nuevos foros de negociación y tratados eficaces a los cuales dar seguimiento, atacando problemas como las crisis alimentaria y migratoria, antes de hablar de la amenaza nuclear real, que no sería conveniente para nadie”.