La Universidad Nacional y la embajada de Filipinas en México acordaron implementar el Programa de Estudios Filipinas-México (Philippine-Mexico Studies Program), a fin de institucionalizar y promover la mejora de materiales, investigaciones y publicaciones en torno a esa nación oriental, y el desarrollo de expertos en el tema.

Entre sus objetivos generales destaca la difusión del idioma nacional del país asiático. Sus áreas de enfoque son: historia, culturas, idiomas, política, economía y sociedad; relaciones académicas filipino-mexicanas; entendimiento mutuo, entre otras.

Para la consecución de lo anterior, el secretario General de la UNAM, Leonardo Lomelí Vanegas, y el cónsul General de la Embajada de Filipinas en México, John G. Reyes, signaron el acuerdo de donación económica.

Ante el Abogado General de la Universidad Nacional, Alfredo Sánchez Castañeda, Lomelí Vanegas consideró que se abre una gran oportunidad de estrechar las relaciones entre ambas naciones, a través de la Universidad Nacional.

El vínculo con ese país insular es relevante. Históricamente es un antecedente significativo de la globalización tal y como la conocemos en la actualidad; Filipinas fue para nosotros el puente con Asia, y viceversa, nosotros lo fuimos para ellos en relación con América y Occidente.

De aquella colaboración, abundó, recibimos una gran cantidad de legados que todavía forman parte de nuestra cultura; revalorarlos y apreciar la vinculación tan estrecha que tuvimos durante prácticamente tres siglos, nos ayuda a entender mejor la historia de los dos países y valorar las oportunidades de cooperación que tenemos en el presente.

Esperaría que a partir del generoso ofrecimiento del gobierno de Filipinas para que, a través de la UNAM, se conozca mejor a aquella nación en México, “revaloremos la importancia estratégica no sólo del pasado, sino las oportunidades de futuro que tenemos en la relación con ese país”, expresó Lomelí Vanegas.

Para John G. Reyes el acuerdo sintetiza los propósitos del gobierno de esa nación para elaborar estudios en colaboración con la Universidad Nacional y las aspiraciones conjuntas de desarrollar una cultura común y enfatizar sus vínculos históricos.

Se trata de la culminación de un largo proceso de negociación y de refinamiento de las cláusulas de cooperación ahí establecidas, dijo acompañado por la vicecónsul Marisa R. Winkler, y la encargada de Finanzas del Consulado, Angélica Matampac.

Agradeció a la UNAM la recepción del donativo y manifestó su optimismo porque tras un año de actividad académica y cultural, los vínculos se fortalezcan significativamente.

En la ceremonia, efectuada en la Torre de Rectoría, manifestó su gratitud a la Universidad de la nación, a nombre del presidente filipino, Ferdinand Marcos, y de la senadora Loren Legarda.

En su mensaje, Legarda celebró que esta acción contribuirá a consolidar actitudes positivas hacia la democracia, los derechos humanos y las oportunidades de colaboración entre las instituciones y los respectivos países, con la plena esperanza de que “este sea el primero de muchos intercambios más en distintos órdenes”.

Rememoró que el antecedente del acuerdo se firmó en 2017 con la Escuela de Estudios Orientales y Africanos, de Londres,y continúa en varias universidades del mundo: Alemania, Singapur, España, Corea del Sur, Canadá y Estados Unidos, donde se ha instrumentado el Programa.

El universitario Iván Valdez Bubnov, del Instituto de Investigaciones Históricas de la UNAM, subrayó que se espera implementar el Programa de Estudios Filipinas-México en 2023, con la perspectiva de continuarlo en los años siguientes.

“La relación entre nuestros países es una de las grandes contribuciones a la historia del mundo contemporáneo y a la construcción de la economía global, y estoy seguro de que este será un paso más que nos permitirá profundizar en la difusión social y cultural de esos vínculos”. Hay un antecedente del Programa y estamos seguros de que en nuestra Universidad funcionará óptimamente, enfatizó.