En la iniciativa de conformar un Espacio Común de Educación Superior (ECOES) en México, la Universidad Nacional Autónoma de México, a través del Instituto de Investigaciones sobre la Universidad y la Educación (IISUE), tiene una participación relevante, afirmó el secretario General de la UNAM, Leonardo Lomelí Vanegas.

Se trata, abundó, de un proyecto en el cual nuestra casa de estudios colabora desde hace muchos años y se cuenta con el impulso de importantes universitarios.

En la inauguración del Seminario Hacia la conformación del Espacio Común de Educación Superior en México, expresó: es de celebrarse que el actual gobierno de la República haya emprendido con gran entusiasmo -como parte de las reformas y adecuaciones que han seguido a la aprobación de la nueva Ley General de Educación Superior- la labor de construir este espacio, sobre bases firmes y con reglas muy claras.

Al hacer uso de la palabra, el subsecretario de Educación Superior, de la Secretaría de Educación Pública, Luciano Concheiro Bórquez, expresó que las instituciones de educación superior (IES) han estado muy relacionadas en la transformación, en particular, de ese nivel de estudios, así como en la formulación de la Ley referida, la cual está íntimamente ligada con el ECOES.

Esa legislación incluye elementos de política pública alcanzables en el corto y mediano plazos, lo que construye una idea de educación superior en una perspectiva de Estado y no de gobierno, detalló.

Asimismo, dijo que en enero pasado se recibió de la Secretaría General de la UNAM la presentación de notas preliminares para el diseño e implantación del ECOES. “Reconocemos el esfuerzo tan importante de los académicos del IISUE”.

Ahora hay que derivar el planteamiento de esas notas y darles una forma práctica, y actualizarlo de acuerdo con los cambios vertiginosos que hemos vivido en los últimos tiempos. La idea es lograr construir territorialidades, es decir, estructuras espaciales que a la vez sean construcciones de poderes, contrapoderes y del establecimiento de una perspectiva general para la transformación de ese nivel de estudios, puntualizó.

Hoy en día, prosiguió, los 5.1 millones de estudiantes de educación superior (licenciatura y posgrado), cientos de miles de profesores y trabajadores, y la proyección general de los tres subsistemas que reconoce la Ley General, “nos estarían hablando de un archipiélago de archipiélagos”. Es decir, en términos generales existía -y aún sobrevive- el aislamiento propio en cada institución, a veces hasta la exageración.

Hasta ahora, abundó, “logramos destrabar el planteamiento general alrededor de cómo vamos a reconocer los créditos, la movilidad”, y se espera que haya avances en la construcción efectiva y práctica de otros elementos, hasta establecer un sistema que, “en vez de que nos lleve a competir entre nosotros o confrontarnos, nos lleve a un trabajo común”.

Concheiro Bórquez comentó que los sistemas nacionales de educación superior, y de ciencia, tecnología e innovación deberán avanzar en términos convergentes. “Estamos en espera de un elemento central, la Ley General en materia de Humanidades, Ciencias, Tecnologías e Innovación, que va a representar uno de los esfuerzos más interesantes en las IES: colocar en el centro a la vinculación, extensión o difusión. Una vez que toma centralidad, la relación entre investigación, docencia y el compromiso social de las instituciones, se convertirá en certeza”.

A su vez, la directora del IISUE, Gabriela de la Cruz Flores, recalcó que el Seminario es de alta relevancia para la educación superior y para la Universidad, y forma parte de un conjunto de acciones donde participan investigadores de la entidad.

De manera destacada le antecede la elaboración del documento de trabajo El Espacio Común de Educación Superior. Notas preliminares para su diseño e implementación. “Estoy segura de que este material será un detonador importante de la discusión para el Seminario”.

Con esta actividad académica, se demuestra el compromiso del IISUE con el análisis, la reflexión y la elaboración de propuestas de política pública que aportan, desde sus ámbitos y áreas de competencia, elementos útiles para la toma de decisiones, estimó.

Seguiremos abriendo espacios para debatir, con un enfoque interdisciplinario, sobre el papel de la educación superior como un bien común, buscando la sinergia entre investigadores y funcionarios, a fin de aportar soluciones que permitan el despliegue de capacidades nacionales en ámbitos medulares como ciencia, cultura, producción sustentable y derechos humanos.

Cooperación y movilidad académicas

En el segundo y último día de trabajos, ante Enrique del Val Blanco, coordinador general de Planeación y Simplificación de la Gestión Institucional de la Universidad Nacional, Concheiro Bórquez apuntó que la intención de un espacio común de educación superior es el intercambio y la movilidad.

El ECOES, prosiguió, significa la “espacialización territorializada” de la transformación de la educación superior; un espacio con perspectiva intercultural, de género, con una integración de mercado local, nacional y mundial, desde un nuevo ángulo.

Roberto Escalante Semerena, secretario General de la Unión de Universidades de América Latina y el Caribe, expuso que la movilidad estudiantil tiene dificultades con el financiamiento. Hay estudiantes que quieren trasladarse y universidades dispuestas a recibirlos, pero no hay recursos, y ese es un reto de los gobiernos. En la movilidad virtual se necesita un programa de adiestramiento para los profesores y estudiantes, a fin de que sepan enseñar y aprender en aparatos móviles.

En la mesa Cooperación académica y movilidad estudiantil ante los retos emergentes de la reconversión económica en la región de América del Norte y América Latina, Armando Alcántara Santuario, integrante del IISUE, mencionó que uno de los dilemas en la materia son los efectos provocados por la pandemia, es hacer más equitativas esas oportunidades.

Sylvie Didou Aupetit, del Departamento de Investigaciones Educativas del Centro de Investigación y de Estudios Avanzados, argumentó: debemos pensar el ECOES en términos de la movilidad de los estudiantes y de las nuevas formas de internacionalización que se han multiplicado, como son la enseñanza y las maneras de compartir el aprendizaje sustentadas en las tecnologías.

Para Angélica Buendía Espinosa, de la Universidad Autónoma Metropolitana, la movilidad estudiantil ha sido una estrategia de internacionalización seguida por las instituciones de educación superior. Ello implica reconocer que esa posibilidad tiene un impacto en los ámbitos académico, cultural y socio-emocional.