Si realmente queremos entender los procesos sociales, económicos y políticos actuales de la frontera sur, resulta indispensable complementar nuestra lectura mexicana de los fenómenos históricos y recientes con la perspectiva centroamericana, afirmó el nuevo director del Centro de Investigaciones Multidisciplinarias sobre Chiapas y la Frontera Sur (CIMSUR) de la UNAM, para el periodo 2023-2027, Justus Fenner.

El reto de la entidad a su cargo es crear la vinculación necesaria para lograrlo e invitar a investigadores guatemaltecos y, en general, centroamericanos, a participar de forma conjunta en la labor de recuperar, documentar e interpretar la dinámica historia de las relaciones binacionales. Esto con el fin de sugerir soluciones al problema fronterizo, y complementar la labor académica del CIMSUR en beneficio de ambas naciones. El desafío es construir esta red de investigación en ambos lados de la frontera.

En entrevista sobre su plan de trabajo indicó que el Centro tiene entre sus encargos estudiar, a partir de diversos enfoques temáticos-metodológicos, el fenómeno de la frontera sur en sus múltiples facetas tomando en cuenta que sigue siendo un “punto caliente” en la agenda política de la nación mexicana.

Fenner explicó que la función es acercarse, analizar, interpretar y crear conciencia sobre lo que ocurre en la región transfronteriza y contribuir a la búsqueda de posibles soluciones que humanicen la tan maltrecha convivencia en esa zona.

Para ello, en el CIMSUR se pretende observar y analizar el conjunto geográfico del sureste mexicano porque, aunque esté ubicado en San Cristóbal de las Casas, los fenómenos fronterizos rebasan por mucho el ámbito del estado de Chiapas e incluyen por igual las demás entidades colindantes con Guatemala y Belice, es decir, Tabasco, Campeche y Quintana Roo.

Más allá de México

A fin de ampliar la perspectiva de trabajo, el director planea colaboraciones con instituciones educativas y de investigación como la Universidad de San Carlos de Guatemala, así como con entidades fronterizas del vecino país, como San Marcos y Huehuetenango, y otros en Belice, sin dejar de lado a organizaciones de la sociedad civil.

La nueva administración tiene planes que se construyen sobre lo que se ha sembrado en años recientes. Uno es el posgrado en estudios fronterizos con la participación de otras instancias universitarias de la región del sureste mexicano, además de instituciones de educación superior ubicadas sobre ambos lados de la línea fronteriza, con titulación binacional.

“Queremos crear el conjunto de instituciones académicas que puedan, desde sus diferentes especialidades y perspectivas, ofrecer un posgrado completo sobre los fenómenos sociales, políticos y económicos de la región sureste de México y Centroamérica”, abundó.

Siendo entidad multidisciplinaria conformada por antropólogos, lingüistas, historiadores, politólogos, geógrafos, agroecólogos y otros expertos, el CIMSUR en su producción académica ofrece lecturas de la realidad pasada y presente del sureste mexicano, a partir de las diversas perspectivas y metodologías de cada especialidad, explicó Fenner.

Sus 22 investigadores imparten clases, seminarios y diplomados, organizan congresos y otros eventos académicos y culturales anuales, participan en el posgrado de Antropología y colaboran con más instancias de la Universidad Nacional, externas mexicanas y centroamericanas. Para estas labores cuentan con el apoyo de un grupo de técnicos académicos y del conjunto del personal administrativo y de base.

Creada en la administración anterior, el CIMSUR cuenta con la Unidad de Información sobre la Frontera Sur UIFS como repositorio de la información primaria utilizada en la producción académica del Centro.

Como explica el nuevo director, el reto a futuro es transformarla “en un banco de datos y repositorio de documentos primarios para la investigación, donde incluso se reciben los legados documentales de las generaciones de historiadores, antropólogos, lingüistas y sociólogos que han trabajado en y sobre Chiapas en las últimas décadas”.

Para el futuro a mediano plazo, la UIFS ofrece recibir, conservar, digitalizar y difundir estas colecciones y archivos privados para que los interesados puedan acceder y trabajar libremente con ellos.

La meta es la conservación y evitar repetir el trabajo de otros en la localización de la documentación e información primaria -material que muchas veces no ha sido utilizado ni publicado- y avanzar a partir de allí. “El reto es enorme porque los legados no sólo están en México, sino en otros países como Alemania, Estados Unidos o Reino Unido. La intención de esta Unidad será reunir esos acervos en un solo lugar, sea física o digitalmente, y de darle apertura a un público amplio”, finalizó Fenner.