La inteligencia artificial (IA) ha experimentado crecimiento exponencial en las últimas décadas y transformado nuestra forma de vida; la llegada de esta tecnología significa desarrollar nuevas habilidades, lo cual será un reto para la sociedad, afirmaron académicos de la División de Ingeniería Eléctrica de la Facultad de Ingeniería (FI) de la UNAM.

Para la jefa del Departamento de Computación, Rocío Aldeco Pérez, a medida que avanzamos hacia el futuro la IA continúa evolucionando y promete desafiar aún más los límites de lo que es posible en términos de automatización, análisis de datos y toma de decisiones inteligentes.

Esta tecnología ha encontrado aplicaciones en campos diversos: medicina, industria automotriz, atención al cliente, gestión de datos, entre otros, subrayó durante la mesa redonda titulada “Inteligencia Artificial IA”, organizada por la FI.

Recordó que sus orígenes se remontan a la década de los 50 del siglo pasado, cuando los científicos planearon crear máquinas capaces de pensar y tomar decisiones similares a las de los seres humanos. “Se plantearon preguntas fundamentales sobre la capacidad de las máquinas para aprender, razonar y resolver problemas complejos”.

En la década de 1980 surgieron las redes neuronales artificiales que se inspiraron en el funcionamiento del cerebro humano, y fueron capaces de aprender y reconocer patrones complejos en grandes conjuntos de datos.

Con el auge de la computación y el acceso a cantidades masivas de información, el aprendizaje automático se constituyó en una disciplina fundamental de la inteligencia artificial. Algoritmos como el aprendizaje profundo o deep learning permitieron avances importantes en áreas como el reconocimiento de voz, la visión por computadoras y la traducción automática, refirió Aldeco Pérez.

Similar a la mente humana

El coordinador del Laboratorio de Biorobótica, Jesús Savage Carmona, definió que la IA es una especialidad dentro de la computación que se ocupa de crear sistemas que pueden replicar la inteligencia humana y las habilidades para resolver problemas.

Al referirse a la aplicación ChatGPT dijo que no realiza inferencias, es un “perico cibernético” que junta palabras de acuerdo con la manera en que fue entrenada, no razona, pero lo hará en el futuro cercano; hay un grupo de científicos trabajando para lograrlo.

También mencionó que hay expertos de la rama de la IA quienes establecen que no tendremos sistemas que tengan conciencia. Lo que se va a crear será parecido a la mente humana, pero funcionará diferente.

El uso de IA en cuestiones bélicas se está observando, al igual que la manipulación con información falsa. “Alguien puede escribir una o muchas páginas falsas y si entrenamos a los sistemas con eso, ChatGPT me va a dar a su vez información falsa”. Ante ese panorama lo que se necesita no es prohibir, sino reglamentar.

La profesora del Departamento de Procesamiento de Señales, Jimena Olveres Montiel, expuso que en la actualidad se vive el “boom” de la llamada inteligencia artificial generativa; es decir, generación de imágenes, ChatGPT, utilización de modelos de difusión donde a partir de ruido se generan imágenes, inclusive texto y audio.

En los ámbitos académico y de la industria se habla de la IA generativa, que se emplea para elaborar, por ejemplo, códigos de programación. El objetivo es que se comprenda, aprenda y realice tareas intelectuales como si se tratara de una persona, inteligencia que conjunte las aplicaciones que existen en una sola.

¿Sustituirán a los humanos?

A su vez, el profesor de dicho Departamento, Marco Antonio Negrete Villanueva, destacó que en las dos grandes disciplinas de la robótica y la IA hay una aplicación tecnológica en boga: los robots móviles autónomos, producto de ambas disciplinas. Se busca que la intervención humana sea cada vez menor en las tareas que desempeñan esos artefactos.

La visión computacional se considera un área de la IA; consiste en extraer información útil del ambiente para la toma de decisiones. La interacción humano-robot también está en desarrollo. “En la FI hacemos robots móviles autónomos y cada vez con mejores resultados”.

Boris Escalante Ramírez, quien también es profesor del citado Departamento, dijo que en la Facultad de Ingeniería se crean sistemas inteligentes que auxilien a los médicos para elaborar sus diagnósticos y tomar mejores decisiones.

Por ejemplo, durante la pandemia creamos un sistema que detecta si una persona está contagiada de COVID y encuentra las lesiones en los pulmones; otro determina de forma temprana si un paciente es propenso a hipertensión pulmonar. “La computadora no reemplaza a los médicos, los ayuda”, aseveró.

Everardo Bárcenas Patiño, profesor del Departamento de Computación, mencionó que entre los proyectos que desarrolla con su equipo está un sistema de diagnóstico de retinopatía diabética, cuyo objetivo es efectuar diagnóstico temprano; el mal no tiene cura así que debe detectar y ayudar a las personas a vivir con eso.

“Analizamos las señales eléctricas que produce la retina; el sistema es capaz de detectar ciertos patrones relacionados con la enfermedad, a partir de algoritmos de IA”. Colaboramos con el Instituto de Neurobiología de la UNAM y con el Instituto Mexicano de Oftalmología en este proyecto, puntualizó.