Con un novedoso abordaje para estudiar los yacimientos minerales, Néstor Alfredo Cano Hernández, estudiante doctoral del Instituto de Geología (IG) de la UNAM, utilizó técnicas nanoscópicas para ubicar diminutas partículas de oro y plata en vetas de cuarzo.
El candidato a doctor en Ciencias de la Tierra analizó muestras del yacimiento de veta en Natividad, Oaxaca, que es epitermal. “Este tipo de yacimientos se forma a partir de fluidos calientes, de entre 150 y 350 grados Celsius, que transportan metales disueltos, los cuales circulan por las rocas en la cercanía de ambientes volcánicos”, explicó en entrevista el experto.
Durante la circulación, los fluidos pueden entrar en ebullición y depositar los metales que llevan disueltos. En casos particulares, esa acción coloca gran cantidad de metales preciosos, como oro y plata, en zonas de pocos milímetros o centímetros que se denominan bonanzas, en las cuales esos materiales o su aleación conocida como electrum, suelen formarse cristales gruesos que llegan a ser visibles a simple vista, externó.
No obstante, en la bonanza de la veta oaxaqueña encontramos que el electrum no forma cristales gruesos, sino que compone agregados de partículas demasiado finas, de hasta 100 nanómetros de diámetro (un nanómetro es la billonésima parte de un metro), comentó.
Esta observación implica que el crecimiento cristalino puede darse a partir de la agregación de materiales nanoscópicos (o nanomateriales), también conocido como crecimiento cristalino no convencional.
“Sugiere que los metales no solo viajan disueltos en los fluidos hidrotermales, sino que también se pueden transportar como nanopartículas en estado líquido o sólido”, expuso.
Esto significa, prosiguió, que procesos como la ebullición en fluidos hidrotermales naturales pueden hacer que se depositen los metales disueltos y aquellos en nanopartículas para generar zonas de bonanza.
Para realizar el estudio, Cano Hernández y sus colaboradores obtuvieron muestras y analizaron a la nanoescala. Primero las vimos al microscopio y, ya analizadas, seleccionamos puntos muy pequeños para efectuar estudios aún más pequeños, que se elaboran con los microscopios electrónicos de transmisión. Así vimos cómo están distribuidos los metales, detalló.
Más aplicaciones
Para lograr este hallazgo, recientemente publicado en Scientific Reports de la prestigiosa revista Nature, Cano Hernández y sus asesores recurrieron a una colaboración con la Universidad de Granada, España, sitio en donde realizaron la investigación con un instrumento de vanguardia.
Se trata de un microscopio electrónico de transmisión con precisión nanométrica, poco aplicado para estudios geológicos, pues está dedicado más a la física, manifestó Cano Hernández.
Además, explicó que la muestra se elaboró en un microscopio electrónico de barrido en la Universidad de Zaragoza, España, que cuenta con un haz de iones focalizado el cual permite hacer cortes de precisión nanométrica. El proceso de preparación se llevó a cabo al alto vacío con platinas giratorias y nanomanipuladores robóticos.